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Cómo los Product Owners impulsan la innovación en equipos ágiles

Cómo los Product Owners impulsan la innovación en equipos ágiles

Profile Picture of Joke Vandemaele who is an Enterprise Agile Coach

Joke Vandemaele

22 Oct, 2024

product ownership

Two colleagues talking

Como Product Owner, estás inmerso en un juego constante: el de equilibrar la innovación con la estabilidad. Tu misión es entregar funcionalidades nuevas y creativas mientras garantizas que el producto siga siendo confiable y sostenible. Para ganar en este juego, es esencial saber encontrar el equilibrio justo entre empujar los límites y mantener las cosas bajo control. Esto implica moverte entre las expectativas de tus stakeholders y las capacidades de tu equipo de desarrollo. Y como en cualquier buen juego, no es cuestión de suerte; es cuestión de estrategia.

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Preparando el terreno para la innovación

La innovación no surge por casualidad. Inicia con la definición clara de un objetivo. Como Product Owner, es fundamental entender el problema que buscas resolver, captar las necesidades de los usuarios y del mercado, y visualizar cómo tu producto puede satisfacer esas demandas. Una vez que el objetivo está claro, tu labor es apartarte y permitir que el equipo de desarrollo descubra el cómo.

La autonomía es clave. No dictes cada paso a seguir; en cambio, proporciona al equipo el espacio para experimentar, explorar y sorprenderte con soluciones innovadoras. Se trata de darles un propósito y una dirección, pero sin microgestionar. Deja que el equipo decida cómo llenar los vacíos.

Es en esta libertad donde la innovación toma forma. Si impones exactamente qué y cómo deben hacerse las cosas, podrías coartar la creatividad. Pero si permites la experimentación, el equipo podría generar ideas completamente nuevas. Los equipos autoorganizados que se sienten empoderados son más propensos a innovar, ya que participan activamente en la solución de problemas, no solo en la ejecución de tareas.

Guiando a los desarrolladores entre el riesgo y la estabilidad

En el tema de la innovación, no se trata de arriesgar por arriesgar. No conviene impulsar funcionalidades nuevas a expensas de la estabilidad del producto. Aquí es donde la metodología ágil con sus sprints y la Definición de Hecho (DoD) juegan un papel crucial. Cada nueva característica o idea debe cumplir con la DoD, asegurando así que lo implementado sea completo y fiable. Nada debe quedar a medias, incluso si es experimental.

Sin embargo, a veces conviene no integrar directamente en el producto. Es posible que desees explorar lo que llamo “caminos secundarios”, rutas experimentales donde el equipo puede probar nuevas ideas sin exponerlas directamente al cliente final. Es como contar con un área de juegos para ensayar funcionalidades sin el riesgo de afectar el producto principal.

Estos caminos secundarios permiten minimizar riesgos desde un inicio, aprender rápidamente y experimentar sin compromisos definitivos. Quizás desees evaluar la recepción de una nueva característica, implementándola en un entorno controlado o limitando su lanzamiento a un grupo pequeño de usuarios para recabar feedback. Así, no comprometerás la estabilidad del producto, pero continúas impulsando la innovación.

Colaborando con los Stakeholders

Los stakeholders son esenciales en el proceso de innovación, frecuentemente impulsando nuevas funcionalidades o señalando áreas de mejora. Como Product Owner, tu labor es filtrar estas ideas, evaluar su viabilidad y alinearlas con la visión del producto.

Interactuar con los stakeholders no es simplemente aceptar sus peticiones. Se trata de generar un diálogo. ¿Qué problema buscan resolver? ¿Cómo se integra esto al panorama general? Los stakeholders no siempre comprenden los aspectos técnicos, así que parte de tu tarea es gestionar sus expectativas.

Una herramienta útil es el mapa de stakeholders, que te ayuda a identificar quiénes tienen más influencia e interés en el producto. No todos los stakeholders tienen el mismo peso; algunos necesitarán estar más involucrados en el proceso de toma de decisiones, mientras que otros solo requerirán actualizaciones regulares. Comprendiendo sus prioridades, puedes mantenerlos informados y gestionar sus expectativas respecto a los plazos y la complejidad del desarrollo.

Aprendiendo y fallando rápido

La verdad sobre la innovación es que no siempre resulta en grandes triunfos. A veces, de cien ideas, solo una prospera. Y eso está bien. Lo importante es aprender rápidamente, fallar rápido y reducir los riesgos continuamente.

La innovación empieza con suposiciones. Quizás creas que una funcionalidad resolverá el problema de un usuario, o supongas que existe un nuevo mercado para tu producto. La única manera de confirmarlo es poniendo a prueba esas suposiciones. Cada sprint es una oportunidad de aprendizaje, ya sea a través de entrevistas, investigaciones o pequeños experimentos que validen o refuten esas suposiciones.

Por ejemplo, antes de desarrollar una nueva funcionalidad que podría solucionar un problema de los clientes, necesitas comprobar que realmente es un problema que merece ser resuelto. Puedes emplear herramientas de descubrimiento como Lean Canvas o elevator pitches para explorar la idea. Luego, empieza con lo más básico, quizás un Producto Mínimo Viable (MVP) o un prototipo, para ver la reacción de los usuarios. Este proceso te permite minimizar riesgos desde el principio antes de invertir demasiado en una dirección equivocada.

El papel de la deuda técnica en la innovación

No debemos olvidar la deuda técnica. Mientras innovas, es probable que acumules cierta deuda. Ya sea por la rapidez al testear ideas o por tomar atajos para cumplir plazos, la deuda técnica es inevitable. Pero no toda deuda es perjudicial.

A veces, se trata de un compromiso consciente. Puede que construyas algo de manera no óptima porque necesitas probar una idea rápidamente. Esto se conoce como “riesgo prudente”. La clave está en reconocer la deuda y planificar su resolución posterior. Si se ignora, la deuda técnica excesiva puede entorpecer tu progreso a largo plazo, dificultando la implementación de futuras innovaciones. Por ello, es crucial encontrar un equilibrio entre la rapidez y la sostenibilidad del producto a lo largo del tiempo.

Midiendo el éxito en la innovación

¿Cómo determinar si tus ideas innovadoras son exitosas? Comienza con la definición de objetivos claros. ¿Qué pretendes lograr con esta característica o experimento? Tal vez buscas aumentar el compromiso de los usuarios, reducir la deserción o validar una hipótesis de mercado. Sea cual sea el objetivo, debe ser medible.

No siempre sabrás inmediatamente si algo ha funcionado. Algunas métricas, como los ingresos o las tasas de adopción, pueden tardar en manifestarse. Sin embargo, en el camino hay indicadores menores que puedes monitorear, como el feedback de los usuarios, las tasas de conversión o la intención de compra. Estos indicadores ofrecen pistas tempranas sobre si la innovación va en la dirección adecuada.

La innovación como un proceso

En la innovación no hay un destino final, sino un proceso continuo de aprendizaje y adaptación. Como Product Owner, tu misión es mantener este flujo, impulsando la exploración de nuevas ideas y manteniendo el equilibrio entre creatividad y estabilidad. Al colaborar estrechamente con desarrolladores y stakeholders y permitir espacio para la experimentación, puedes navegar eficazmente por el complejo mundo del desarrollo de productos ágiles. ¿Estás listo para elevar tus habilidades? Inscríbete en nuestro curso de Certified Scrum Product Owner (CSPO) y lidera la innovación en tu equipo. ¡Comienza tu camino hacia la maestría en gestión de productos ágiles hoy mismo!

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